Aunque normalmente pensamos que un mal colchón afecta el buen dormir, no siempre consideramos las almohadas. La realidad es que las almohadas pueden afectar a tu sueño, debido a ciertas características de diseño y confort.
¿Sabías que las almohadas pueden afectar al sueño?
Las almohadas juegan un papel crucial para garantizar una buena noche de sueño. Pero como ya se ha dicho, también pueden contribuir a los problemas de sueño si no se adaptan adecuadamente a las necesidades de cada persona.
Compartimos contigo cómo las almohadas pueden evitar que duermas bien:
Altura incorrecta de la almohada
El uso de una almohada demasiado alta o demasiado baja puede provocar molestias e interrumpir el sueño. Por ejemplo, si usas una almohada demasiado alta, puedes tensar el cuello y provocar una mala alineación de la columna. Todo ello puede provocar dolor en el cuello y los hombros.
Por el contrario, una almohada que es demasiado baja puede no proporcionar el apoyo adecuado para la cabeza y el cuello. Como resultado provoca tensión muscular y molestias.
Ambos escenarios pueden dificultar la búsqueda de una posición cómoda para dormir y provocar una noche de sueño inquieto.
Falta de soporte para el cuello
El soporte adecuado para el cuello es esencial para un sueño reparador. Es decir, si una almohada no soporta adecuadamente la curva natural de tu cuello, puede provocar dolor en esa zona, rigidez e incluso dolores de cabeza.
El cuello debe estar alineado con la columna vertebral cuando te acuestas. Sin embargo, dormir en una almohada que carece de apoyo puede hacer que tu cuello se doble de forma poco natural. Incluso, en muchos casos tu cuello se puede colocar en un ángulo incómodo, provocando con ello molestias y la interrupción del sueño.
Reacciones alérgicas
Las almohadas que no son hipoalergénicas o que no se limpian regularmente pueden acumular ácaros de polvo, alérgenos e irritantes con el tiempo. Estos alérgenos pueden desencadenar alergias, problemas respiratorios y molestias durante el sueño, incluso insomnio.
Las reacciones alérgicas pueden causar congestión nasal, estornudos, picazón y dificultad para respirar. Todo ello puede alterar significativamente la calidad del sueño y la comodidad general.
Material deficiente de la almohada
La elección del material de la almohada puede afectar en gran medida la calidad del sueño. Sabemos que hay muchos tipos de almohadas, pero algunas están hechas de materiales de baja calidad o se han desgastado al punto de volverse grumosas, perder su forma o perder sus propiedades de apoyo con el tiempo.
Una almohada que no tenga el acolchado o la firmeza adecuados puede causar molestias, una distribución desigual de la presión, y un apoyo inadecuado para la cabeza y el cuello. Difícilmente podrás dormir bien con una almohada de baja calidad.
Retención de calor
Otra razón por la que las almohadas pueden afectar tu sueño se relaciona con la retención de calor. Ten en cuenta que algunas almohadas, en particular las que están hechas de ciertos materiales de espuma, pueden retener el calor y volverse muy calientes durante el sueño.
Esto puede causar sudoración excesiva, molestias y trastornos del sueño. La retención de calor puede ser particularmente problemática para las personas que son naturalmente más calurosas, o aquellas que viven en regiones más cálidas.
Alergias o sensibilidad a ciertos materiales de las almohadas
Ciertas personas pueden tener alergias o sensibilidades a materiales específicos de las almohadas, como plumas o fibras sintéticas. Las reacciones alérgicas o las irritaciones de la piel causadas por los materiales de las almohadas pueden provocar picazón, enrojecimiento e incomodidad, lo que dificulta conciliar el sueño o permanecer dormido durante la noche.
Higiene deficiente de la almohada
El mantenimiento regular de las almohadas, como lavar las fundas y la limpieza general, es crucial para mantener un entorno de sueño saludable. Si las almohadas no se limpian con regularidad, pueden acumular sudor, grasa, células muertas de la piel y bacterias.
Además de provocar olores desagradables, las almohadas sucias también ocasionan alergias e irritaciones en la piel, todo lo cual puede interferir con la calidad del sueño y la comodidad general.
¿Cuándo debes comprar almohadas nuevas?
Para saber cuándo es momento de reemplazar tus viejas almohadas, compartimos contigo los siguientes datos:
- La vida útil de las almohadas es de 1 a 2 años, dependiendo del material.
- El nivel de comodidad o confort ha disminuido considerablemente.
- La almohada te provoca alergias o sensibilidades.
- Has cambiado tu posición para dormir.
- Tus almohadas están manchadas o huelen mal.
Conclusión
Es un hecho que las almohadas pueden afectar tu sueño. Por lo tanto, para dormir bien durante la noche, es importante elegir una almohada que se adapte a tus necesidades y a tus preferencias individuales.
Considera factores como la altura de la almohada, el soporte para el cuello, el material, la resistencia a los alérgenos y la higiene adecuada.
Puede ser útil consultar con un profesional de la salud o probar diferentes opciones de almohadas para encontrar la que te brinde comodidad y soporte óptimos.
